Satélites Mexicanos
En octubre de
1982, con el fin de unificar las zonas rurales y urbanas de la nación -y
como respaldo a la Red Federal de Microondas, la cual ya operaba a su
máxima capacidad-, el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, tomó la decisión de adquirir su primer
sistema de satélites: el Sistema Morelos, constituido por los satélites Morelos
1 y 2 y el centro de control satelital ubicado en Iztapalapa,
D.F. El costo del sistema Morelos fue de 92 millones de dólares.
En ambos casos, se trataba de un satélite modelo HS 376, que era el más
comercial de la época, con una forma cilíndrica, una longitud de 6.62 m
(desplegado) y un peso de 645.5 kilogramos en órbita geoestacionaria.
El satélite Morelos 2 tenía una vida de diseño de
nueve años, o sea, hasta 1994; sin embargo, gracias a una estrategia de
minimizar las correcciones de su órbita, se logró alargar su vida útil
hasta el año 2004.
En Junio de 2004 con lo último
que le quedaba de combustible, el Morelos 2 fue sacado de la orbita
geoestacionaria y enviado a una orbita de desecho donde recibió comandos
para apagar todos sus sistemas y quedar de esta manera completamente
desactivado.
Al quedar en desuso, los satélites de Satmex que son geoestacionarios y
operan en una órbita alta (36 000 km de altura) son alejados un poco de
ésta, a fin de que su posición orbital quede liberada y pueda ser
ocupada por el nuevo satélite.
Los satélites del Sistema Morelos brindaron
servicios de comunicaciones de televisión, telefonía y datos hacia y
desde cualquier punto de la República Mexicana. Cada uno tenía una
capacidad de manejar el equivalente a 36 canales de televisión, con
cerca de 1 300 Mhz de ancho de banda utilizable.