La Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) creó el Programa Universitario de
Investigación y Desarrollo Espacial (PUIDE) que bajo la dirección del
doctor Alfonso Serrano desarrolló en 1991 el proyecto UNAMSAT-1 para
crear un satélite para el estudio estadístico de las trayectorias de
impacto de los meteoritos en la atmósfera terrestre. Fue el primer
satélite de fabricación mexicana. El proyecto, bajo la jefatura del
ingeniero David Liberman e integrado por un grupo de pasantes de las
ingenierías en cómputo, electrónica y mecánica, desarrolló la estructura
del satélite en el Centro de Instrumentos, con el apoyo del Instituto
de Física de la propia Universidad. El presupuesto utilizado fue de
$100,000 dólares en total.[1]
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El lanzamiento del UNAMSAT-B costó $112,000 dólares.
Fuera del ámbito académico, el proyecto contó con una importante
participación de la Organización Amateur de Satélites (AMSAT), quienes
contribuyeron con el modelo Amsat-Na Microsat, para desarrollar el
satélite, a cambio de incluir un sistema transponder para uso de
radioaficionados; por lo que también se conoce al satélite como Oscar 30
ó UO 30.
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